26 de julio de 2018

Filmadrid 2018 (2): Las mentiras útiles

A veces, las mentiras son útiles: durante un período determinado de tiempo (siempre bien delimitado y no demasiado largo) en el que, por las circunstancias que sean, se reduce de forma notable el grado de verdad que podemos soportar sobre nosotros mismos, puede llegar a ser hasta necesario adornar algunas vivencias propias para darles un cariz más alentador o menos crudo. Aunque, para que estas mentiras sean de verdad útiles y no se conviertan en mixtificaciones sobre las que construir nuevas falsedades, es necesario darles un tratamiento especial: al menos, que no salgan de una celdilla especial que, a falta de una mejor denominación, podríamos llamar "mentira útil temporal" y que, en el caso de llegar a verbalizarlas, sea de forma muy prudente y limitada, y con especial cuidado en los conceptos utilizados para que no sean, valga la contradicción, del todo incompatibles con la realidad de los hechos. 

Hacer una operación semejante tiene un riesgo: llegar al punto de creer que la propia mentira es la verdad de los hechos, sin vuelta atrás. Tiene que llegar el momento en el que, una vez superada la motivación inicial que dio lugar a esta mentira, desaparezca y tome forma, de nuevo, la versión más descarnada y real de lo acontecido.