19 de diciembre de 2022

2022: Dentro del mundo

El pasado mes de julio recibí en el correo electrónico una invitación de la distribuidora A Contracorriente Films a un pase de público de la película francesa Los amantes, de Nicole García, en los cines Conde Duque Alberto Aguilera. Después de confirmar la asistencia, por un despiste que no recuerdo haber tenido más que tres o cuatro veces en los dieciséis años que llevo viviendo en Madrid, tomé el metro en la dirección opuesta a la deseada (la línea 2 hacia Las Rosas, y no hacia Cuatro Caminos, como era menester para llegar de Sol a San Bernardo), y por este motivo llegué tarde a la proyección: solo dos o tres minutos, pero, con la película ya empezada, fueron razón suficiente para no decidir no entrar en la sala. Solo unos días después, otro correo de la misma distribuidora anunciaba que los cines Conde Duque cerraban definitivamente y para siempre. No puedo decir que me sorprendiese: llevaban años con una asistencia de público muy escasa, pero este hecho hizo que el error al tomar la línea 2 de metro en el sentido equivocado se magnificase: fue la pérdida de una última oportunidad de despedirme de ese lugar. Ya conté aquí que mi última sesión de cine antes del confinamiento de marzo de 2020 fue en esos mismos cines Conde Duque Alberto Aguilera que hace cinco meses, tristemente, pusieron término a su historia. 

5 de octubre de 2022

Zinemaldia 2022 (3): Sonambulismo




Diez días separan la clausura de la 70ª edición del Zinemaldia del comienzo de la escritura de este texto: tiempo suficiente para poder haber podido ver en salas comerciales algunas de las películas que por razones de tiempo no pudieron entrar en el apretado calendario que la programación del festival permitió, en una ocasión además en la que la cantidad de obras de estreno inminente (en especial en la sección Perlak, pero también en la Sección Oficial) era inusualmente elevada. La primera de ellas, en la noche del 3 de octubre, fue No te preocupes querida, de Olivia Wilde, vista en los cines Embajadores. La sala estaba llena pero las condiciones de la proyección fueron excelentes: el silencio reinó durante casi todo el metraje, la comodidad de las butacas era óptima y la atención y el ánimo fueron buenos; la película, pese a sus defectos, resultó más interesante y mejor acabada de lo esperado. 

29 de septiembre de 2022

Zinemaldia 2022 (2): Las suaves formas del cine social

Es difícil abordar la cuestión de la Sección Oficial del Zinemaldia y la forma en la que fue recompensada en el palmarés sin repetir expresiones dichas y repetidas en ediciones anteriores: que se trata de un conjunto de películas, pese a las apariencias, sin apenas coherencia entre sí (aunque haya que hacer una excepción con el pequeño pero bien escogido conjunto de producciones españolas), pero que a su vez y paradójicamente al cabo de unos días transmiten una funesta sensación de películas casi indistintas; que las decisiones del jurado son tan desconcertantes que tienen como consecuencia involuntaria que la competición a concurso parezca todavía peor de lo que es; que desconcierta todavía más que siempre tengamos una película estadounidense y otra china que parezcan haber entrado como parte de una extraña "cuota de mayorías" (porque si se entiende la presencia de cuotas en un festival de cine es para dar cabida a minorías, y no a producciones países económicamente más poderosos del mundo)... Y, finalmente, el desconcierto definitivo de que la, en mi opinión, mejor película de la sección oficial, Modelo 77, de Alberto Rodríguez, haya sido trasladada a la categoría "fuera de concurso", algo que ya sucedió, por distintos motivos, con las que creo mejores de la edición de 2021, La hija, de Manuel Martín Cuenca, y de 2019, Zeroville, de James Franco. Así las cosas, siguiendo la dinámica histórica de unos jurados que  consideraron en su día que ni Vértigo ni Con la muerte en los talones mereciesen la Concha de Oro (aunque en aquellas ocasiones ningún "fuera de concurso" absurdo o sobrevenido se lo impidiese), esta vez sí les pareció oportuno premiar como "mejor fotografía" la de una docuficción, Pornomelancolía, en la que la mayoría del metraje está ocupado por la filmación de una película porno de bajísimo presupuesto y por scrolleos de la cuenta de Twitter del protagonista; "mejor guion" a A Woman, de Wang Chao, una escasamente talentosa y nada sutil imitación de las películas río que narraban la evolución de China desde la revolución cultural hasta el denguismo, o que los premios de interpretación hayan sido, todos, repartidos a actores de menos de 20 años, y al menos dos de ellos (Paul Kircher y Renata Lerman) muy escasamente dotados para la naturalidad. En medio de todo esto, el vacío para Girasoles silvestres, de Jaime Rosales, Walk Up de Hong Sang-soo, The Wonder de Sebastián Lelio o Suro de Mikel Gurrea que, sin ser obras sobresalientes, sin duda destacaban sobre las realmente galardonadas, con la única excepción de la japonesa A Hundred Flowers, del novelista y debutante en la realización cinematográfica Genki Kawamura, y que se llevó precisamente el premio a la dirección. 

26 de septiembre de 2022

Zinemaldia 2022 (1): El mundo sigue




Hace ahora un año, al regreso del Festival de Cine de San Sebastián de 2021, mis conclusiones eran diáfanas y sombrías: sobre el futuro de los certámenes cinematográficos en general y del Zinemaldia en particular, cuyo único objetivo parecía ser su propia perpetuación; sobre el papel del cine a la hora de falsear la percepción del mundo en el que vivíamos, marcado a fuego por una pandemia a la que no se vislumbraba fin; y ya finalmente, con los nubarrones del pesimismo tronando con particular intensidad, sobre  el futuro de la humanidad, perdida y agotada tras una sucesión de caídas sin apenas tiempo alguno para volver a levantarse entre una y otra.